El aplicar la RFS en ausencia de ejercicio ha resultado ser útil en inmovilizaciones, y en circunstancias de inactividad total y desuso muscular, ya que por el simple hecho de aplicar RFS se logra atenuar la pérdida de masa muscular y la fuerza [1][2].
Cuando se usa con este propósito se han de emplear presiones mucho más altas de entre el 70% y el 100% de oclusión [3].
Hay que tener en cuenta que la extremidad sobre la que se aplica la RFS está inmovilizada, por lo tanto, para poder obtener algún tipo de efecto positivo la restricción necesaria será más elevada. Por ese motivo, cuando se usa la RFS en ausencia de cualquier actividad física las presiones que se suelen emplear son más elevadas pudiendo ser del 70% al 100% de la máxima oclusión en algunos casos.
La frecuencia en la que se emplea la RFS en circunstancias de inmovilización suele ser de una o dos veces al día y la forma en la que se emplea es en series o intervalos de unos 5 minutos. Por norma general se realizan entre 3 y 5 series de 5 minutos cada serie en cada una de las sesiones.
La anchura del dispositivo que se suele emplear para este tipo de restricción puede ser de cualquier tamaño. Es decir, que podría ser de unos 5cm (pequeño), de unos 10cm que sería un tamaño mediano, o de un tamaño más grande. Hay que tener en cuenta que puesto que lo que se busca es una restricción aumentada, el uso de un dispositivo con una anchura más grande va a ser más eficiente, debido a que con una mayor anchura se consigue una oclusión mayor sin tener que realizar tanta presión sobre la extremidad.
En nuestro caso, como atletas de fuerza, esta forma de aplicar la RFS únicamente podría ser útil en caso de que por lesión no pudiéramos entrenar una determinada extremidad, o simplemente estuviéramos encamados por una lesión o enfermedad.
Las recomendaciones generales que se suelen emplear en el uso de las bandas de oclusión con el objetivo de atenuar la pérdida de masa muscular en circunstancias en las que no hay movilidad son las que Patterson y colaboradores [3] indican en su revisión sobre las consideraciones de metodología, aplicación y seguridad para el uso de bandas de restricción del flujo sanguíneo.
Estas recomendaciones básicamente consisten en aplicar la RFS una o dos veces al día, en intervalos de 5 minutos, entre 3 y 5 series con 3-5 minutos de descanso entre series y a una presión del 70-100% de oclusión.
[1] Y. Takarada, H. Takazawa, and N. Ishii, “Applications of vascular occlusion diminish disuse atrophy of knee extensor muscles.,” Med. Sci. Sports Exerc., vol. 32, no. 12, pp. 2035–2039, Dec. 2000, doi: 10.1097/00005768-200012000-00011.
[2] S. Kakehi et al., “Effects of blood flow restriction on muscle size and gene expression in muscle during immobilization: A pilot study,” Physiol. Rep., vol. 8, no. 14, pp. 1–7, 2020, doi: 10.14814/phy2.14516.
[3] S. D. Patterson et al., “Blood flow restriction exercise position stand: Considerations of methodology, application, and safety,” Front. Physiol., vol. 10, no. MAY, 2019, doi: 10.3389/fphys.2019.00533.
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