El entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo (ERFS), es conocido por diversos nombres, como por ejemplo, entrenamiento oclusivo, entrenamiento en oclusión, entrenamiento isquémico, o entrenamiento con isquemia local [1].
Sin embargo, a pesar de que tiene varios nombres algunos de ellos que se suelen emplear mucho no son correctos.
No sería correcto por ejemplo referirse al entrenamiento con RFS, como entrenamiento en oclusión del flujo sanguíneo, o entrenamiento oclusivo. En todo caso podemos hablar de entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo puesto que de lo que se trata es de restringir parte del retorno venoso y no de ocluir el flujo sanguíneo.
Una restricción hace referencia a una disminución del flujo sanguíneo, mientras que una oclusión hace referencia a un cierre completo, y no es una oclusión lo que buscamos cuando aplicamos unas bandas u otro dispositivo con el fin de restringir el flujo sanguíneo. A las bandas si podemos llamarlas bandas de oclusión puesto que pueden servir perfectamente para ocluir el flujo sanguíneo, es decir cortar por completo el flujo, pero nosotros las vamos a usar para restringir el flujo sanguíneo que como he comentado antes no es lo mismo que ocluir, así que también nos podríamos referir a ellas como bandas de restricción del flujo sanguíneo.
En cualquier caso, hay que saber que el nombre original de este sistema o método de entrenamiento es Kaatsu. El método nació en Japón hace ya muchos años, concretamente en 1983 aunque la fecha de creación puede variar dependiendo de las fuentes consultadas, de lo que no hay duda es de que su creador fue Yoshiaki Sato [2].
El Dr. Yoshiaki lo denominó método Kaatsu, que significa método con presión adicional y viene de KA (adicional) y de ATSU (presión).
El método Kaatsu original consiste en entrenar con cargas ligeras de entre el 20 y el 40% de 1RM, pero realizando los ejercicios con restricción del flujo sanguíneo en las extremidades implicadas. Inicialmente este método de entrenamiento se creo para mejorar la movilidad y la autonomía de los ancianos japoneses.
Si hacemos una búsqueda en pubmed sobre el entrenamiento con RFS, la primera investigación científica que aparece es de 1976, pero no tiene nada que ver con el ERFS, se trata de un estudio en perros entrenados y enfermos a los que se les restringe el flujo de una arteria coronaria a uno de los grupos y de ahí que salga en las búsquedas. Pero en realidad, no fue hasta la década de los 90 cuando se comenzaron a publicar con mayor regularidad ensayos serios basados en este método de entrenamiento.
Podríamos decir que a partir del 2010 los investigadores comenzaron a interesarse mucho más por el entrenamiento con RFS tanto para mejorar la hipertrofia y la fuerza como para mejorar adaptaciones que mejoren el rendimiento aeróbico, y fue precisamente a partir del 2010 cuando comenzaron a haber muchísimas más publicaciones sobre el entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo.
Desde entonces, el interés sobre este tipo de entrenamiento no ha dejado de crecer exponencialmente, y las publicaciones han aumentado drásticamente como se puede ver en el siguiente gráfico donde podemos ver que en 2020 existen 172 publicaciones relacionadas con el entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo. Solo en los últimos 3 años hay más publicaciones que en los últimos 30 años, y cada vez hay más puesto que el interés de los investigadores por las adaptaciones que se producen con el entrenamiento con RFS cada vez es mayor.
Gracias a la cantidad de investigaciones nuevas que surgen prácticamente cada semana, es muchísimo lo que se está avanzando en este campo, y los descubrimientos, resultados, y conclusiones que sacan los investigadores sobre el ERFS hacen que resulte apasionante investigar sus posibles aplicaciones, las cuales son muchas y muy variadas.
Y es que las investigaciones sobre el ERFS no han dejado de avanzar y cada día aparecen nuevas investigaciones y se conocen más detalles sobre las distintas maneras en las que el ERFS ayuda en cosas tan dispares entre si como por ejemplo la recuperación de lesiones, la diabetes de tipo II, el aumento de las adaptaciones en deportes de resistencia aeróbica, o el aumento de la hipertrofia y de la fuerza.
[1] M. Wernbom, J. Augustsson, and T. Raastad, “Ischemic strength training: A low-load alternative to heavy resistance exercise?,” Scand. J. Med. Sci. Sport., vol. 18, no. 4, pp. 401–416, 2008, doi: 10.1111/j.1600-0838.2008.00788.x.
[2] Y. Sato, “The History and Future of KAATSU,” J. Build. Phys., vol. 18, no. 1, pp. 3–20, 2005.
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